¿O que pensábais? ¿Que sólo hay Turismo Rural en España y en Portugal? Pues no, es tan interesante o más que en Europa, solo que para nosotros está un poco lejos como para irnos un fin de semana de Turismo Rural.
En esta ocasión he aprovechado mis vacaciones para irme a trabajar a Brasil. Sí, suena raro, porque si te vas de vacaciones no te vas a trabajar. Por una serie de casualidades me ha salido la oportunidad de volver a trabajar como biólogo, después de 6 años que hace que lo dejé, pero con el añadido de que voy a hacerlo en Brasil. El trabajo de investigación se realiza en el río São Francisco, en el estado brasileño de Minas Gerais. El río es grande, aun cuando nos encontramos casi en la cabecera, y tiene una gran importancia económica, social y cultural para la región. Tiene un gran encanto, con mucha vegetación en sus orillas, mucha planta acuática, insectos curiosos (como caballitos del diablo y libélulas con colores brillantes e intensos, abejas, efímeras o cachipollas y mosquitos de picaduras insoportables, entre muchos otros Órdenes como los coleópteros, dípteros, lepidópteros, etc.), un gran número de aves acuáticas y no acuáticas (incluso se puede llegar a ver algún Tucán) que viven de lo que da el río, y algún que otro bicho que suele ser más tímido a la hora de dejarse fotografiar. En definitiva, un lugar ideal para practicar el birdwatching o turismo ornitológico.
En esta ocasión tuvimos suerte y como tenía la cámara en la mano trantando de fotografiar a un ave que no conocía, se cruzaron curiosos, en el árbol de al lado, unos monitos que se llaman mico estrela (Callithrix jacchus) que nos estuvieron observando mientras trabajábamos. Os dejo una foto.
Como el trabajo de biólogo siempre tiene su lado agradable, hemos pasado 5 días cogiendo muestras para luego encerrarnos en el laboratorio durante dos meses más. Y aquí viene la relación con el turismo rural, nuestra base de operaciones ha sido el Hotel Fazenda Tía Dora, en Tres Marías, estado de Minas Gerais, Brasil. Este hotel rural, porque es lo más parecido al concepto de un hotel rural o de campo de España, es un lugar ideal para practicar deportes como la pesca, el Turismo Ornitológico, disfrutar de la naturaleza o simplemente para descansar. En él puedes practicar la esencia del turismo rural y el ecoturismo, rodeado de naturaleza, montar a caballo, bañarte en el río junto a las cascadas (cachoeiras) o disfrutar del sol y el buen clima en la piscina. Para que os lo imaginéis un poquito, aquí esta finalizando el invierno y hemos podido bañarnos todos los días en la piscina, aunque eso si, siempre con el sol bien alto ya que en cuanto se va, comienza a refrescar, pero vamos, hasta los gélidos 15 ºC, que a los habitantes de estas tierras les parecen temperaturas bajas.
Pero vamos, lo mejor ha sido la gastronomía, degustar unos platos tan diferentes y con tanta variedad, casi que está siendo lo que más me gusta de este viaje. Arroz carreteiro (lo que en España llamaríamos paella de carne), feijão trapeiro (frijoles sobre algo que recuerda a nuestras migas a base de harina de mandioca con Linguiça, huevo, ajo y cebolla), arroz con gallina (pues eso, arroz con gallina), peixe na brasa, peixe grelhado, batata recheada e gralhada, y la especialidad de la rica gastronomía brasileña: el churrasco, la picanha, linguiça (un tipo de chorizo), etc. Todo excelente, pero lo mejor que se puede disfrutar en Brasil son las frutas tropicales que a España nos llegan caras y verdes, aquí las disfrutarás con un sabor y dulzura inigualables, en zumo o entera, manga, guayaba, guaraná, açaí, incluso una simple sandía la degustarás hasta arañar lo blanco de la cáscara.